Gruñidos.

Nos quejamos del frio, del calor, 

de la temperatura. 

Nos quejamos del amor, del odio, 

de los sentimientos.

Nos quejamos de la luz, de la noche, 

de la iluminación. 

Nos quejamos del sol, de las sombras, 

de de los efectos de la luz. 

Todos nos quejamos de todo, 

y nadie dice nada. 

Deberíamos callarnos nada, 

y decirlo todo. 

Lástima 

que

no

sea

así. 

¿O no es una lástima?  

¿Cambios?

Parece que poco a poco este blog se convierte en un rincón con reflexiones desordenadas, amontonadas de cualquier manera para que las leáis y veáis lo que hay en mí.

La idea de exponerme bajo ese nick, el de 'Mo' me parece maravillosa. Diga lo que diga, para vosotros sólo seré 'Mo' no seré esa chica que veis, ni esa chica de la que habeís oído hablar ni nada... Sólo un vacío blanco y las letras Mo en negro, porque eso es lo único que habeís visto, lo unico que os he enseñado de mí.

Pero, desde mi punto de vista, vosotros os mereceís algo mejor que eso. Soy Mónica, tengo 17 años (casi 18) y ando intentando estudiar 2º de Bachillerato.

Bueno, escribo esa entrada para la gente que no se haya dado cuenta del 'pequeño' cambio que ha sufrido (¿o que ha disfrutado?) mi blog.


¡Ah, y por último! Feliz Navidad.

Toma.

Toma tus alas, vuela.

Salté,

me comí el suelo. 

Toma tu felicidad, sonríe. 

Reí, 

me choqué con la realidad. 

Toma tu abrigo, sal.

Fui, 

me quedé congelada al pisar el umbral. 

Toma tu vida, te la he preparado con amor.

Climax.

Ese momento cuando 

respiras después de reírte a cargadas

te limpias el sudor después de intenso ejercicio

pasas la última página del libro que estas leyendo

encajas la última pieza del puzzle

te aprendes el ultimo renglón de mil temas 

cuando ya no puedes mas y sientes cómo una cucharadita de adrenalina recorre todo tu cuerpo y un puñadito de escalofríos se asientan en tu espalda. 

Ese momento.

Clímax. 

Crash.

Yo, a mi gente que no me la toquen. 

Porque yo muerdo

desgarro

grito

defiendo

a muerte. 

Y ahora yo, estoy muerta de dolor. Y tú te limitas

a

morderme

desgarrarme 

gritarme

dejándome indefensa,

casi muerta. 

Recalco. 

Casi. 

Sin título I

Por ti treparía precipicios. 

Por ti me caería por montañas. 

Ups. 

Me equivoqué, otra vez, en el amor. 

¿Vuelvo a intentarlo? 

Por ti lo daría nada. 

No hay todo mejor que tú. 

Ups. 

Parece que no acierto una. 

¿Dónde está el error? 

Por ti derribaría mariposas infranqueables. 

Por ti atraparía muros con la mano. 

¿Qué coño me pasa? 

De repente vienes tú y me dices: 

No es por mí, es por ti misma. 

Si no te quieres a ti misma, ¿cómo me vas a querer, cariño?

Y yo, cabezota de mí, insisto una vez más: 

Por ti... Me voy a querer. 

Creo que no lo logré.  

Payasos.

De mí no se burla ni Dios. 

No existe. 

Ni se os ocurra intentarlo. 

Valgo mucho más como para que hagas eso, 

No te apoyo, no te doy todo mi amor... Para nada. 

Ni se te ocurra volver a burlarte de mí de aquella forma. 

Ni Dios lo hace. 

Y tu tampoco. 

Apariencias.

Sonrío. 

Mi corazón se rompe un poco más. 

Finjo. 

Mi dolor se esconde tras una translúcida cortina de felicidad. 

Río. 

Mi cerebro intenta pensar en otra cosa que no sean todos los problemas que llevo a mis espaldas. 

Acaricio. 

Mi manga trata desesperadamente de ocultar mis cortes en las muñecas. 

Beso. 

En mi corazón se desencadena un huracán de sentimientos. 

Lloro. 

Me derrumbo. 

Equivocación.

Jugábamos a 

piedra

papel 

o 

tijera. 

Creo que te equivocaste

de juego, 

mi corazón 

no era una opción. 

Triunfaste. 

Yo me quedé 

hecha piedra. 

              Mo.

¿?

Has luchado,

sufrido

llorado

sacrificado, 

has tirado para 

adelante,

avanzando

sin pararte,

sólo para darte cuenta

de que ya

no

puedes

más. 

Filosofía.

Se me discurren las palabras,

Platón

Aristóteles

Sócrates

Tomas de Aquino

y no precisamente en ese orden,

revolucionan mi cabeza. 

                             Mo. 

Ironía.

El hombre gana a la mujer.

La mujer gana al hombre.

El animal gana al espejo.

Y así, el pez se muerde la cola

una vez más. 

Y mientras tanto, el espejo

los humilla a todos. 

Los golpes resuenan por toda 

la casa,

ya no es un hogar

sólo son cuatro paredes 

y un tejado que ni protege.

El hombre jurando amor verdadero

la mujer, 

cansada 

herida

dolida

abatida

jurandóse denuncia verdadera.

Y el animal choca con el espejo

pensando que había más espacio

detrás de él

rompiéndolo

condenando 

a la casa, que ya no es un hogar

a siete años más de mala suerte.

Y para colmo, el cabrón

era más negro que el carbón. 

Resultó
que el espejo
ganó
a todos.

Silencio.



                                   Mo.

Enantiómetro.

Imágenes especulares.

Miro al espejo y me odio
¿dónde está aquella sonrisa
que me sonreía de vuelta?

Veo unos ojos tristes
como los tigres que tragaban
trigo en un trigal.

Oigo una voz interior
creo que es la tuya
intentando animarme.

Siento la piel de gallina
los pies hielan
y las manos tiemblan.

Me muerdo tan fuerte
que siento el gusto ácido
de la sangre en mis labios.

Me huelo que el hoy
no será tan fácil como el ayer
ni tan difícil como mañana.

El tiempo se distorsiona
no sé quién soy
pero aquí estoy
 delante del espejo
odiándome una vez más.

Mi enantiómetro, otra vez
contra
mí. 

                             Mo.