como el segundo de silencio entre nota y nota,
como cuando el profesor se detiene para beber de la botella,
como cuando das el portazo para llorar a solas,
como cuando dices que se acabó,
como cuando te dice que no te quiere,
como cuando al ordenador se le acaba la batería,
como cuando el niño deja de reclamar el cuento de buenas noches,
Esa sensación de todo y de nada.
Y a la vez, esa sensación de placer maligno.
De quitarte una carga de encima,
pero una carga... Que te gustaba.
Y a la vez, esa sensación de placer maligno.
De quitarte una carga de encima,
pero una carga... Que te gustaba.
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ResponderEliminarUn beso!
P.D. Me quedo por aquí :)