jueves, 28 de enero de 2016

Reseña 66: El curioso incidente del perro a medianoche.

Hace unas semanas acabé de leer un libro que me mandaron en el ciclo de mediación comunicativa, y la verdad es que me ha parecido muy bonito.

Me está costando reseñarlo porque no sé hasta dónde puedo hablar sin spoliear, pero no quiero quedarme muy escueta en la reseña.

270 Páginas

Al principio cuesta un poquito entenderlo, pero es (desde mi punto de vista) una joyita que todos deberíamos leer si queremos adentrarnos en el mundo de la discapacidad.

Este libro cuenta la historia de un niño que tiene una cierta discapacidad intelectual que hace que sea diferente a los demás. A vista de los demás, él es un niño raro, con pocos amigos y que hace cosas que los demás niños no hacen. Sin embargo, como el libro está contado desde los ojos del niño, vemos que tiene esas peculiaridades pero no nos sorprenden tanto.

Este libro nos enseña un valor muy importante. La empatía. No me refiero a cuando alguien lo pasa mal, entenderle y ayudarle. Cuando hablo de empatía yo me refiero a entender el mundo de esa persona, entender por qué es así y entender cómo se puede ayudar a esa persona... El libro también nos enseña a evitar prejuicios, ya que la causa de la mayoría de los prejuicios es un desconocimiento del tema.

En 'El curioso incidente del perro a medianoche' un niño nos cuenta cómo vive en su día a día, y entonces es cuando nos damos cuenta de que su lógica, a pesar de ser muy racional y con sus argumentos y motivos, no es la misma lógica o misma forma de pensar de otras personas.

Desde mi punto de vista, el niño tiene algún tipo de autismo, pues no le gusta que le toquen, es muy sistemático para todo, y no tiene ningún tipo de inteligencia emocional. Cuando hablo de inteligencia emocional, me refiero a la inteligencia que nos permite ver las causas de que alguien esté triste, comprenderlo y sentirnos identificados con ella.

Christopher, cuando ve 3 coches rojos seguidos sabe que va a ser un día Súper bueno, y sin embargo si ve 3 amarillos seguidos sabe que va a ser un día fatal. Y en efecto, así es. Esta parte me ha parecido especialmentre curiosa porque nos está demostrando que según cómo veamos el día y nuestro estado de ánimo, puede ser un día fatal o un día estupendo. ¡Cosas de la mente!

Os voy a hacer un resumencillo... Christopher, huérfano de madre, descubre un día que Wellington, el perro de su vecina, está muerto. Al ser el primero que descubre el perro, la policía piensa que ha sido él el autor del crimen. Tras patalear y mostrar un episodio (que a mí me hizo sospechar de su autismo), la policía sabe que él no es el culpable, y su padre va a buscarlo a la comisaría. Sin embargo, Christopher no va a dejarlo pasar. Sigue investigando sobre quién pudo haber cometido tal crimen, y encuentra un hilo del que tirar para descubrir el asesino. Tirará, tirará... Y se le caerá toda la historia encima. La historia que me leí en toda una semana.

No quiero contar más, pero la verdad es que me ha fascinado muchísimo la historia y no dudaría en recomendarlo.

Y sin más pensamientos, ¡hasta otra entrada!

Mo.

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