¡Hola! Hoy me paso por aquí supercontenta para hablaros de un libro que desde que salió en 2019, supe que tenía que leer. Se trata de… ¡«Presas»! Un libro de los muchos que tiene publicados Beatriz Esteban, una autora a la que le he echado el ojo porque me ha conquistado con esta lectura. ¿Os cuento qué me ha parecido? ¡Vamos!
Empezamos por lo superficial: la portada y la maquetación. No sé qué tienen los libros de Nocturna, pero casi siempre quedo prendada de sus portadas. Si veis la foto, podréis comprobar por vosotros mismos que es una maravilla. Sencilla y minimalista, pero que produce una sensación de misterio y de desamparo… No sé.
Al inicio de los capítulos tenemos el nombre del personaje en el que se va a centrar y un dibujo que se identifica con cada uno de ellos. Por ejemplo, en el caso de Azahara, la presa, tendremos un dibujo de unas rejas. En el caso de Leire, la voluntaria que va a la cárcel, tendremos un dibujo de un vestido de ballet. Y así con cada uno de los personajes que van narrando su visión.
Empezamos por lo superficial: la portada y la maquetación. No sé qué tienen los libros de Nocturna, pero casi siempre quedo prendada de sus portadas. Si veis la foto, podréis comprobar por vosotros mismos que es una maravilla. Sencilla y minimalista, pero que produce una sensación de misterio y de desamparo… No sé.
Al inicio de los capítulos tenemos el nombre del personaje en el que se va a centrar y un dibujo que se identifica con cada uno de ellos. Por ejemplo, en el caso de Azahara, la presa, tendremos un dibujo de unas rejas. En el caso de Leire, la voluntaria que va a la cárcel, tendremos un dibujo de un vestido de ballet. Y así con cada uno de los personajes que van narrando su visión.
Estos detalles en la edición no son lo más relevante a la hora de leer un libro, pero es cierto que como lectora agradezco un montón que se haya cuidado el diseño para que sea bonito y agradable a la vista.
Beatriz Esteban hace hincapié continuamente en una cosa clave: la DESHUMANIZACIÓN de las mujeres presas. Lo pongo en mayúsculas porque me parece algo importantísimo en lo que yo personalmente no había pensado antes. Cuando una mujer entra en la cárcel, automáticamente deja de ser una mujer, deja de ser un ser humano con sentimientos, deja de tener derechos… para pasar a ser una simple presa.
Y esa deshumanización la enfoca desde diferentes perspectivas: desde la propia presa, que se infravalora y termina creyéndose que ella no sirve para nada, que no se merece ser libre… este tipo de cosas. Veremos también a los voluntarios que irán a la cárcel para la escuela de verano con los presos, y también veremos que ellos se centran en realizar actividades, sin atender a las necesidades psicológicas y sociales de los reclusos. Los funcionarios también contribuirán, imponiendo su autoridad y tratando a las mujeres como seres inferiores a ellos.
También intervendrán otras personas, como los padres y las parejas.
La autora tenía un objetivo claro: abrirnos los ojos y hacer que veamos las cosas de otra forma, decirnos: «¡STOP!» y obligarnos a ser conscientes de lo que pasa en el día a día de la cárcel, aunque no sea un tema que nos afecte de cerca. Os digo de verdad que lo cumple con creces.
No quiero contaros mucho de la trama porque de verdad os digo, merece la pena totalmente que vayáis sin saber mucho, como yo. Eso sí, os seré sincera y me ha parecido que el final es un poquito abierto. Me hubiera gustado que quedara todo más cerrado, pero aun así, ha sido una lectura espectacular.
¿Lo habéis leído? ¿Habéis oído hablar de la historia o de la autora? ¡Contadme!
¡Un besito y hasta el próximo domingo! Mo-