Reseña 88: Los besos no se gastan.

¡Buenas!

¿Qué tal estáis? Espero que hayáis aprovechado al máximo esta semana, y que cojáis con ganas la siguiente. Yo estoy deseando empezar ya las vacaciones de Semana Santa, ¡que para mí empiezan el próximo martes!

Lo primero que quiero deciros, antes de empezar con la reseña es QUE HE CAMBIADO LA URL DEL BLOG. Facebook me bloqueó el otro enlace, no sé por qué, me lo marcó como spam. Al principio no le di mucha importancia, pero viendo que también me bloqueaba escribir el enlace por Instagram y no me dejaba compartirlo de forma cómoda... Llegando al punto de que no podía más, y he decidido modificarlo. No es un cambio muy grande, sino que he cambiado el 'poco' por 'poquito'. No sé si el cambio de URL vendrá acompañado también de un cambio de imagen... ¡Pero ya se verá!

¡Dentro reseña!

Os tengo que decir que es uno de los libros más sencillos que he leído en mi vida, pero también es uno de los que más me han gustado. Con este libro he aprendido que los libros bonitos no siempre tienen por qué asombrar o tener giros argumentales inesperados.

282 páginas
Leído en 7 noches

Trata de la amistad que nació cuando las dos protagonistas, Lucía y Eva tenían siete añitos, ambas con circunstancias de la vida muy diferentes, y cómo vuelven a reencontrarse, treinta años después.

Éste es el argumento principal, pero hay dos puntos que me sedujeron un montón a la hora de leer y fueron los que mantuvieron mis ojos pegados al libro: el primero, ¿por qué dejaron de tener contacto las dos protagonistas? y segundo, en la sinopsis de la contraportada del libro dice que Eva le pedirá a Lucía un favor, pero... ¿cuál?

La historia se desarrolla de una forma sencilla, está narrada desde los puntos de vista de Lucía y de Eva alternándose las dos, y también alternando el pasado con el presente. El pasado no está narrado de forma lineal, sino que va dando saltos en el tiempo. Primero narra cómo se conocieron las dos niñas a los siete años, cómo se desarrolló su amistad, después pasa a la adolescencia, a la madurez...

Sin embargo, el presente sí que está narrado de forma lineal. En mi opinión, eso le dio muchísima fluidez a la lectura, pues en el presente ibas encontrando incógnitas y cosas que no entiendes del comportamiento de ambas, pero cuando la autora retoma el pasado, empiezas a entender todo un poco mejor.

Una cosa que quiero destacar de la narración es que me ha parecido una auténtica pasada cómo se diferencian tan claramente las voces de ambas cuando son niñas y cuando son adultas. La forma de pensar, la forma de hablar y las acciones son completamente diferentes. Ahí se ha visto el trabajo de la autora por hacer que los personajes tengan vida propia.

Los personajes son completamente verosímiles, y aunque a algunos les he cogido más cariño que a otros, tengo que decir que todos podrían existir en la vida real (tristemente, he identificado algunos personajes que no me han gustado con conocidos de mi entorno), y eso ha hecho que la lectura ganara bastantes puntos.

Es una lectura que recomiendo encarecidamente si te apetece leer algo ligerito, con elevadas dosis de ternura y de auténticos valores. Aparecen muchísimos como la amistad, la fidelidad, la sinceridad... me ha encantado.

No sé si soy yo, o realmente la autora tenía esa intención, pero yo he visto una pequeña crítica de la autora a las relaciones amorosas. La autora expone que muchas veces las relaciones de amistad se ven eclipsadas por las relaciones de pareja, pero realmente las más perecederas son las amistades.

También, tengo que decir que este año estoy leyendo a bastantes autores españoles (¡bien!), y me está empezando a gustar mucho que haya buenos autores. La prosa del libro es sencilla, bien estructurada y muy bien desarrollada.

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Para terminar, es un libro muy ameno, muy bonito y que deja reflexionar sobre las decisiones que tomas en la vida. Yo personalmente me he sentido muy identificada con algunas situaciones, ya que he tenido las mismas dudas y los mismos poblemas que la protagonista.

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Un besito muy fuerte, 

Mo.