La propia autora lo explica: el ensayo es una selección personal de las referencias que le han marcado y que le han gustado, pero dista de ser un repaso histórico completo y profundo sobre la bibliografía existente acerca del tema. Sin embargo, considero que para gente que no está muy al tanto del tema (como yo), que no ha leído muchos ensayos sobre el tema o que está iniciándose, lo recomiendo muchísimo.
Hay libros en los que se cumple el dicho de «lo bueno, si breve, dos veces bueno».
En general la autora traza un recorrido a lo largo de las mujeres que han estado en la cocina, hace referencia a diferentes performances que se han hecho durante la historia y realiza críticas a diferentes obras que se han publicado sobre el tema. Menciona a autoras como Perkins Gilman, a la que conocía (y admiro) por su «Papel pintado amarillo», pero va más allá: no obvia el racismo que impregna su obra y proporciona análisis realizados por otras pensadoras. A mí esto me gusta mucho porque me aporta una perspectiva diferente y me hace cuestionarme las ideas preestablecidas que tenía.
Además de mirar el pasado, también lanza una mirada hacia el futuro. La capitalización de las cocinas se ha realizado mayormente por los hombres, pues son aquellos los que regentan restaurantes, se convierten en chefs... Es cierto que cada vez hay más presencia de mujeres en las cocina, pero ¿continuará esa tendencia? ¿Se estabilizará?
No lo sabemos, lo sabremos con el tiempo.
Es un ensayo que recomiendo muchísimo. Lo releeré segurísimo.