Ú L T I M A S R E S E Ñ A S

sábado, 23 de enero de 2021

Libro 165: Gente normal


¡Hola! Tengo la parte del cerebro encargada de hacer estas entradas muy oxidada. Me he centrado muchísimo más en mi instagram (@escribemeunpoco, si queréis echarle un ojo sois bienvenidos) y la verdad es que por allí se ve muchísimo más feedback. Pero no termino de quedarme a gusto comentando un libro porque el formato es más reducido, tengo que expresar mi opinión de una forma muchísimo más resumida y bueno, echaba muchísimo de menos el blog. 

Sin embargo, este año voy a introducir algunos cambios: no publicaré todos los domingos, sino cuando termine un libro. Quizás publique dos entradas en una semana, o me pase un mes sin subir nada. Eso sí, siempre voy a responder comentarios y voy a pasarme por vuestros blogs. 

¿Vamos al lío? ¡Vamos al lío! 

Cuando empecé a leer este libro tenía las expectativas bastantes altas, no os voy a mentir. Pero empecé a leerlo y... PLOF. Fatal. Horriblemente mal. ¡Madre mía! Voy a intentar explicarme sin que se note demasiado que prácticamente se me ha olvidado cómo desarrollar en una entrada mi opinión sobre un libro. 

La portada me llamó la atención, vamos a ser sinceros. Y es lo único. Bueno, no, miento. La sinopsis también me llamó la atención. Y ya está. Porque desde que empecé a leer el libro mis ánimos fueron decayendo hasta llegar al cero. ¡Si hasta estaba deseando despedirme de los protagonistas! Dios, qué suplicio. 

Tenemos a dos protagonistas: Marianne y Connell. Ambos personajes me cayeron FA-TAL, aunque si tuviera que elegir el que peor me cayó, diría que Connell. No voy a decir que son unos personajes planos porque no lo son, ¡en absoluto! Son unos personajes complejos, pero diré que era una complejidad absurda. Vamos a ponernos en contexto: tenemos a Marianne, una chica que proviene de una familia con algunos miembros extra aparte de su madre y hermano: el alcoholismo, el maltrato y el desprecio absoluto también forma parte de su día a día. 

Connell, por su  parte, es hijo de la limpiadora de la casa de Marianne. Es un chico popular en el instituto (a diferencia de Marianne, que es la apestada) y las cosas le van bien. Además, ambos van al mismo instituto pero allí no se dirigen la palabra. Hacen como si no se conocieran. 

Y no os voy a contar mucho más, porque creo que estropearía mucho la lectura (si os animáis con él) si lo hiciera. Os contaré que la historia transcurre a lo largo de cuatro años, CUATRO AÑOS. Creo que es tiempo suficiente para que alguno de los dos evolucione, aprenda, aporte algo. Pero no. Nada. No aportan NA-DA. 

Me frustró muchísimo porque cada vez que abría el libro, pensaba: «madre mía, qué guantazo tienen los dos, de verdad». Si el propósito del libro era ese, cabrearme y hacerme sentir impotente, lo ha conseguido con creces. No ha sido para nada una buena lectura, de verdad os lo digo. Me da mucha pena porque pensaba que me iba a encantar pero... nada. 

Una de las escenas que me frustraron MUCHÍSIMO fue esa: están dos personajes (no diré cuáles, porque sería spoiler) que estan a puntito de entrar en el tema. El tema sexual, ya me entendéis. Bueno, pues están ahí besándose y está la cosa calentita, y salta uno: bueno, voy a apagar la tele. Y la otra le contesta: vale. ¡POR FAVOR, QUE ESTÁIS A PUNTO DE FO***R! Dios mío. Qué poca alegría en el cuerpo, de verdad. 

¿Y el título? ¿Gente normal? No, chicos, no. Los dos protagonistas son de todo menos normales. Si me encuentro con alguien así en la vida, huyo

Y ya está, amigos. Gracias por acompañarme en esta entrada taaaan hater. Si coincidís conmigo (o si estáis deseando matarme porque vosotros habéis sido de esas personas que lo ha amado), estaré encantada de comentarlo con vosotros. 

¡Besitos! Mo-