Ú L T I M A S R E S E Ñ A S

lunes, 5 de mayo de 2025

:libro 174: Con e de curcuspín.

Últimamente estoy destrísimo de los libros que tratan sobre la gramática, la literatura y el español. Esta obra, regalo de Emma por el día del libro me ha abierto más todavía la mirada sobre las lenguas que cohabitan (en la mayoría de ocasiones, malamente) con el castellano.  

Mario Obrero refleja en este ensayo poético sus pensares y sentires sobre las lenguas, a las que les escribe cartas. En las cartas, les dice a las diferentes lenguas lo que ha aprendido de ellas, les agradece todo lo que le aportan... son unas cartas muy bonitas y muy sentidas. Es cierto que ahora que lo pienso, la persona que lee el libro es prácticamente un intruso leyendo una correspondencia que no es la suya, pero cuando tenía el libro en las manos, me sentí completamente invitada. 


El libro habla del catalán, del gallego, euskera, asturiano, extremeño, aranés... múltiples lenguas diferentes que existen (y se hablan) en España. No habla de ellas desde una perspectiva pesimista («¡oh, se van a morir, tenemos que hablarlas para salvarlas!») si no desde una que es la del asombro, la de una persona que va aprendiendo las diferentes lenguas y estableciendo relaciones entre unas y otras, equivocándose en las definiciones de las diferentes palabras y descubriendo sus etimologías. El autor consigue contagiar el asombro y la sorpresa, por lo que en más de una ocasión me descubrí a mí misma maravillándome con las diferentes palabras (en lenguas que me son completamente desconocidas) y sus curiosidades. 

El finalizar el libro, he echado de menos una lengua que me ha atravesado desde pequeña: la lengua de signos. En España se signan varias lenguas de signos: la española y la catalana. Es cierto que hay otras comunidades autónomas que tienen signos distintos al igual que hay palabras o acentos típicos de las diferentes comunidades autónomas. Me hubiera gustado encontrármela en el libro, pero su ausencia no me ha desanimado: quizás me anime a signar yo misma una video-carta a una de mis dos lenguas maternas. 

Muchas gracias, Mario, por ampliarme la mirada.

¡Nos vemos próximamente! O quizás no.

Mónica. 

PD: Este blog al final prácticamente son cartas que me escribo a mí misma. 

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