Considerado el mejor libro del año 2014 por el gremio de libreros de Madrid, del color de la leche es un libro de Nell Leyshon, autora británica.
Está escrito en su totalidad en minúsculas (con una razón), al libro le rodea un halo de intriga que no puede enganchar más. Desde el principio nos adentramos en la Inglaterra rural de 1830, en la vida Mary,, una niña de quince años que trabaja en la granja familiar, donde desempeña muchísimas tareas diferentes. El padre, severo y exigente, nunca está satisfecho: siempre hay más que hacer. Ordeña vacas, limpia suelos, ventila las habitaciones, ara el campo… Día sí y día también. Sin embargo, un día, el padre decide que ella trabajará en la casa del vicario cuidando de su esposa.
Con un defecto en la pierna que le hace cojear y con muchas inseguridades, empieza a descubrir lo que hay más allá de su casa familiar. En esa casa, más grande y donde está sola, sin su familia, empezará a trabajar para el vicario, su esposa y el hijo de ambos. Lo hará acompañada de la otra criada que tienen, Edna.
Allí tendrá oportunidad de aprender a leer y escribir, pudiendo así entender los textos de los muchísimos libros que componen la biblioteca del vicario. Y hasta aquí puedo leer, no voy a comentar más cosas porque realmente merece la pena que descubráis la historia poco a poco, desgranando cada párrafo. El libro deja unas reflexiones tremendas, y aunque haya sido el primer libro que haya leído en el año, sé que irá de cabeza a las mejores lecturas.
Una de mis cosas favoritas del libro ha sido la relación que tiene la protagonista con su abuelo. Hay detalles que me han recordado a cuánto quería (y sigue queriendo) a mi abuelo.
A medida que iba leyendo, por una razón u otra iba apareciendo en mi mente continuamente el libro de «Una educación», que por cierto os recomiendo muchísimo.
¡Hasta aquí, lectores!
Nos vemos en la próxima entrada (o no, que con las redes sociales en desuso una nunca sabe cuándo volverá).