Leído en 3 días 512 páginas |
Recuerdo que leí este libro sin ninguna expectativa, ni tenía alguna idea de lo que podría ir el libro, ni nada. Fui totalmente a ciegas, guiándome simplemente por la portada (¿¡No os parece maravillosa!?) y por el título.
Este libro llegó a mis manos por pura casualidad. Estaba navegando por Amazon en la caza de algún Kindle para mi libro electrónico y así hacer un poco más amenas mis vacaciones en el pueblo (en el que, por cierto, no tengo ni wifi, ni cobertura, ni tiendas, cero) y no convertirme en una ostra del aburrimiento.
Me llamó la atención la portada, tan minimalista y tan bonita. Luego, el título me enamoró. Yo me considero una entusiasta de las flores, me apasionan las rosas y todas las flores que tengan colores bonitos. Entonces, cuando vi el precio… me dije a mí misma que la vida era bella y que este libro estaba destinado a ser mío. ¡Menos de dos euros! No recuerdo el precio exacto, pero no dudé en darle a ‘Comprar en un click’ y segundos después, ya estaba en mi ebook.
- Sinopsis-
En un momento de incertidumbre en su vida, Elena empieza a trabajar en una residencia de ancianos. A partir de ese momento, conocerá historias de mujeres y hombres marcados por los prejuicios y tabúes de la época que les tocó vivir. La misteriosa Celeste, cuyos ojos enigmáticos esconden un antiguo secreto. María, que vivió enamorada de un imposible. Anselmo, el niño que tenía tres madres. Manuela, la mujer que nunca reía. La ingenuidad de Paz y la valentía de Marga. El amor de Jenaro hacia su mujer, de la que solo conserva una foto sobre la cómoda.
- Reseña -
Cuando empecé a leerlo, os prometo que me sentía como en el ojo de un hurracán. Muchísimos nombres bailaban a mi alrededor, y me costó un montón ubicarlos, ya que la autora narra diferentes historias de diferentes familias (¡y de diferentes generaciones!). Al principio no sabía muy bien quién era quién, pero a medida que fui avanzando en la lectura, conseguí desenrollar el ovillo y tirando del hilo, empecé a leer a un ritmo terrible. ¡Una velocidad! No podía parar, necesitaba seguir, seguir y seguir leyendo, para poder saber qué ocurría con los personajes.
Es de estos libros que más que leerlos tú, la historia te entra por los ojos sin ningún esfuerzo y cada vez que dejas de leer, los personajes te persiguen a lo largo de tu día, haciendo que te preguntes qué serán de ellos actualmente, qué es lo que pasará en los próximos capítulos...
Es un libro que encierra muchísimos valores, está ubicado a caballo entre los siglos XX y XXI, y muestra, por una parte, cómo vivieron nuestros antepasados (abuelos, bisabuelos) esa época, muchas veces tan diferente a la nuestra pero a la vez tan cercana, pues 50 años en la Historia de la Humanidad son muy pocos en comparación a todo lo vivido. Por otra parte, también nos muestra que la expresión ‘nunca es tarde’ es completamente cierta, y más si hablamos de personas cercanas como la familia o los amigos.
El libro narra, en definitiva, la historia de dos mujeres: Celeste y Manuela. Cuenta cómo se conocieron, en qué circunstancias se conocieron, qué es lo que les había pasado a las dos para llegar a la situación en la que están ahora...
Para narrar esa historia explota un recurso que me gusta muchísimo, sobretodo cuando está bien utilizado y bien definido: los personajes secundarios. Como os dije al principio, hay muchísimos personajes, pero todos aportan su granito de arena, todos contribuyen en hacernos pasar un buen rato. Se turnan para aparecer en el libro de forma ordenada y en el mejor momento, y de esta forma yo no he sentido que haya sobrado o que haya faltado algún personaje.
Para narrar esa historia explota un recurso que me gusta muchísimo, sobretodo cuando está bien utilizado y bien definido: los personajes secundarios. Como os dije al principio, hay muchísimos personajes, pero todos aportan su granito de arena, todos contribuyen en hacernos pasar un buen rato. Se turnan para aparecer en el libro de forma ordenada y en el mejor momento, y de esta forma yo no he sentido que haya sobrado o que haya faltado algún personaje.
Incluso Rodrigo, que sólo aparece en dos momentos determinados del libro, no sentí que fuera un personaje forzado. Me ha encantado que la autora haya sabido aprovechar la enorme riqueza que nos aportan los diferentes personajes, que haya sabido crear perfiles tan diferentes pero todos con algo en común: todos estaban muy bien desarrollados.
Otro aspecto que me ha encantado de la novela de Carmen Manzaneque ha sido que ha exprimido la historia al máximo, recogiendo hasta la última gota y explotando hasta el máximo la trama. Apasionante, de verdad. No he sentido lo que me ha pasado con otros libros, que la autora haya escrito el libro demasiado rápido para ponerle el punto final, sino que se ha tomado su tiempo para describir las sensaciones de los protagonistas, para prepararnos para el final...
Es el segundo libro de todos los libros que me he leído en mi vida que me hace llorar. Derramé dos lágrimas -contadas- leyendo las últimas páginas del libro, y tengo que decirlo:
Enhorabuena, Carmen Manzaneque. Tengo claro que seguiré a esta autora de cerca -cerquísima- y estaré atenta a sus próximas publicaciones, y y sobre todo, a las publicaciones pasadas.
¡Un besito!
¡Un besito!
Mo-