Ú L T I M A S R E S E Ñ A S
domingo, 22 de agosto de 2021
Reseña 169: Señoras que se empotraron hace mucho
domingo, 15 de agosto de 2021
Reseña 168: El cuarto mono
domingo, 8 de agosto de 2021
Reseña 167: Una educación
Para empezar, la protagonista del libro es la propia autora, Tara.
Nacida en las montañas de Idaho, Tara Westover ha crecido en armonía con una naturaleza grandiosa y doblegada a las leyes que establece su padre, un mormón fundamentalista convencido de que el final del mundo es inminente. Ni Tara ni sus hermanos van a la escuela o acuden al médico cuando enferman. Todos trabajan con el padre, y su madre es curandera y única partera de la zona.
Tara tiene un talento: el canto, y una obsesión: saber. Pone por primera vez los pies en un aula a los diecisiete años: no sabe que ha habido dos guerras mundiales, pero tampoco la fecha exacta de su nacimiento (no tiene documentos). Pronto descubre que la educación es la única vía para huir de su hogar. A pesar de empezar de cero, reúne las fuerzas necesarias para preparar el examen de ingreso a la universidad, cruzar el océano y graduarse en Cambridge, aunque para ello deba romper los lazos con su familia.
He de reconocer que cuando iba leyendo (y comentando) el libro, no entendía las decisiones de Tara, de su madre, de su padre, de su hermano... ¡no entendía nada! Y eso me generaba rechazo y recelo hacia la historia. Me costaba muchísimo empatizar con las ideas que se nos muestran (sobretodo con las ideas del padre de Tara, que afirmaba continuamente que el fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina) y había escenas que me obligaban a cerrar el libro, respirar y continuar con la lectura.
Sin embargo, ahora que he tomado distancia con la historia, con las personas que aparecen, con las ideas... me doy cuenta de lo que pretendía la autora con este libro:
- Mostrarnos una realidad poco conocida, pero que existe. Hay todavía familias y personas que creen que el mundo es una conspiración contra ellos, que no pueden ir al médico porque los sanitarios les va a envenenar a través de pastillas... Parece que es de locos, pero no hay más que ver los comentarios en Facebook o en otras redes sociales cuando se habla por ejemplo de la vacuna contra el coronavirus. Gente afirmando que nos implantan microchips 5G, que estaremos controlados por el gobierno... mil paranoias más. Y este libro refleja eso mismo, aunque llevado al extremo.
- Arrojar esperanza sobre las personas que pertenezcan a esos círculos y que quieran salir de ahí. No quiero ni imaginar cuántas Taras habrá sobre el mundo que estén atrapadas en ese tipo de familias, y el impacto que tendría este libro sobre ellas. A mí personalmente me daría muchísima esperanza y me haría ver que hay un mundo más allá de Dios. Literalmente, un mundo.
- Proporcionarnos el antídoto al aislamiento de esas personas. ¿Cuál? Nos lo dice el propio título: una educación. La educación que recibimos condiciona casi por completo el tipo de persona que seremos en un futuro. Lo bueno es que muchas veces podemos elegir qué tipo de educación recibir.
jueves, 29 de julio de 2021
Reseña 166: Silverville
Victoria Álvarez es una autora que siempre va acompañada de opiniones muy positivas, de recomendaciones y de buenas críticas cada vez que leo su nombre por Instagram o por Blogger. Sin embargo, aunque a mí me encante su ambientación, su forma de narrar la historia... siento que me falta algo para que me enamore.
De momento he leído de ella:
- «Silverville»
Y actualmente estoy leyendo «La Conjura de Aramat». Y en los cuatro libros me pasa lo mismo, me parecen fabulosos en cuanto al tono narrativo pero después... hay algo, no sé decirte el qué exactamente, que me falta. Si embargo, a pesar de que no me enamoren al completo (¿quizás sean las expectativas, que están muy altas?), reconozco que son unos libros muy buenos, entretenidos y que tienen mucha fuerza.
Casi todas las reseñas que he leído alaban la ambientación que consigue crear la autora con su pluma, y coincido de pleno con todas las personas: es increíble cómo Victoria consigue tejer, tanto con el vocabulario empleado, los diálogos y las descripciones, un escenario que podamos imaginar a la perfección.
En «Silverville» viajamos al Oeste americano y aterrizamos en 1872, donde conoceremos a Grace Mallory, la esposa de John Mallory, que se instalará en la antigua mansión de la familia de su marido. Enseguida, se disparan los rumores del pueblo, pues como sabremos, en esa época no es nada común que una dama viva sola en una mansión abandonada. Coincidirá en Ruby Lawrence, una mujer de armas tomar que interferirá con los objetivos de Grace.
Además, he visto también críticas sociales, los personajes femeninos tienen muchísima fuerza (prácticamente todo el peso de la trama lo llevan las dos protagonistas), y se reivindica que las mujeres también pueden tener muchísimo que aportar a la sociedad. ¿Os suena eso? Increíble que la necesidad de que exista el feminismo siga siéndolo actualmente, en el siglo XXI porque seguimos arrastrando al invisibilidad desde el siglo XVIII. Tiste, pero real.
Es un libro con una historia tranquila, una trama que se va desvelando poco a poco pero que el final me encantó. No voy a describir el final porque no quiero dar pistas, pero a mí personalmente me hizo sonreír. (Primero tuve que releer el capítulo para estar segura de que no me había equivocado, pero cuando lo asimilé, me gustó).
No es el libro del año para mí, pero creo que Victoria tiene algo que hace que siempre quieras más de ella. Aunque los libros que he leído anteriormente no me han enganchado al cien por cien, sí que tengo claro que es una autora que leeré con frecuencia.
Y es que además de «La Conjura de Aramat», también cogí de la biblioteca «Tu nombre después de la lluvia», que será de mis próximas lecturas.
¿Y vosotros? ¿Coincidís conmigo, lo habéis leído?
Os leo, ¡como siempre!
sábado, 23 de enero de 2021
Libro 165: Gente normal
Sin embargo, este año voy a introducir algunos cambios: no publicaré todos los domingos, sino cuando termine un libro. Quizás publique dos entradas en una semana, o me pase un mes sin subir nada. Eso sí, siempre voy a responder comentarios y voy a pasarme por vuestros blogs.
¿Vamos al lío? ¡Vamos al lío!
Cuando empecé a leer este libro tenía las expectativas bastantes altas, no os voy a mentir. Pero empecé a leerlo y... PLOF. Fatal. Horriblemente mal. ¡Madre mía! Voy a intentar explicarme sin que se note demasiado que prácticamente se me ha olvidado cómo desarrollar en una entrada mi opinión sobre un libro.
La portada me llamó la atención, vamos a ser sinceros. Y es lo único. Bueno, no, miento. La sinopsis también me llamó la atención. Y ya está. Porque desde que empecé a leer el libro mis ánimos fueron decayendo hasta llegar al cero. ¡Si hasta estaba deseando despedirme de los protagonistas! Dios, qué suplicio.
Tenemos a dos protagonistas: Marianne y Connell. Ambos personajes me cayeron FA-TAL, aunque si tuviera que elegir el que peor me cayó, diría que Connell. No voy a decir que son unos personajes planos porque no lo son, ¡en absoluto! Son unos personajes complejos, pero diré que era una complejidad absurda. Vamos a ponernos en contexto: tenemos a Marianne, una chica que proviene de una familia con algunos miembros extra aparte de su madre y hermano: el alcoholismo, el maltrato y el desprecio absoluto también forma parte de su día a día.
Connell, por su parte, es hijo de la limpiadora de la casa de Marianne. Es un chico popular en el instituto (a diferencia de Marianne, que es la apestada) y las cosas le van bien. Además, ambos van al mismo instituto pero allí no se dirigen la palabra. Hacen como si no se conocieran.
Y no os voy a contar mucho más, porque creo que estropearía mucho la lectura (si os animáis con él) si lo hiciera. Os contaré que la historia transcurre a lo largo de cuatro años, CUATRO AÑOS. Creo que es tiempo suficiente para que alguno de los dos evolucione, aprenda, aporte algo. Pero no. Nada. No aportan NA-DA.
Me frustró muchísimo porque cada vez que abría el libro, pensaba: «madre mía, qué guantazo tienen los dos, de verdad». Si el propósito del libro era ese, cabrearme y hacerme sentir impotente, lo ha conseguido con creces. No ha sido para nada una buena lectura, de verdad os lo digo. Me da mucha pena porque pensaba que me iba a encantar pero... nada.
Una de las escenas que me frustraron MUCHÍSIMO fue esa: están dos personajes (no diré cuáles, porque sería spoiler) que estan a puntito de entrar en el tema. El tema sexual, ya me entendéis. Bueno, pues están ahí besándose y está la cosa calentita, y salta uno: bueno, voy a apagar la tele. Y la otra le contesta: vale. ¡POR FAVOR, QUE ESTÁIS A PUNTO DE FO***R! Dios mío. Qué poca alegría en el cuerpo, de verdad.
¿Y el título? ¿Gente normal? No, chicos, no. Los dos protagonistas son de todo menos normales. Si me encuentro con alguien así en la vida, huyo.
Y ya está, amigos. Gracias por acompañarme en esta entrada taaaan hater. Si coincidís conmigo (o si estáis deseando matarme porque vosotros habéis sido de esas personas que lo ha amado), estaré encantada de comentarlo con vosotros.
¡Besitos! Mo-