Hoy os traigo el segundo libro publicado por Emilio Ortiz, autor que me conquistó al 100% con "A través de mis pequeños ojos", y desde entonces tuve muy claro que quería leer todo lo que fuera publicando. Por eso, cuando vi que Duomo Ediciones sacaba a la luz este libro, sabía que no podía dejarlo pasar.
Lo que más me gusta de volver a leer a un autor que me conquistó anteriormente es esa sensación de reencuentro, de volver a leer cómo escribe, ver las expresiones que utiliza, todas esas cositas. Es una sensación de regresar a algo conocido súper agradable, y la verdad es que con este libro me he sentido así.
Pero ya sabéis lo que dicen: dos libros nunca te harán sentir igual, a pesar de que sean escritos por el mismo autor. ¿Vamos al meollo del tema? ¡Vamos!
- Sinopsis-
- Reseña-
La prosa del autor sigue en la misma línea que el libro anterior, escrito desde el corazón, como dije en su reseña. El autor sigue queriendo expresar la enorme relación entre el amo y el perro, pero creo que en este libro Emilio Ortiz ha querido ir más allá, con numerosas críticas sociales. Voy a ir poquito a poco, que me conozco y sé que me acelero y os destripo medio libro.
¡Ah! Antes de adentrarme en el libro, os tengo que decir que a la sinopsis, yo le quitaría la primera frase, porque la agencia de detectives no se forma hasta casi la mitad del libro. En mi opinión, la sinopsis no refleja del todo lo que es este libro, pero eso ya es una opinión muy personal. Los que me conocéis, ya sé lo que estáis pensando: "¡Ay, jolín, esa tía, qué tiquismiquis es!". Y es que es verdad, le saco la puntilla a todo, ¡pero con buenas intenciones!
Bueno, aclarado lo de la sinopsis, vámonos a los protagonistas. Son cinco personas y dos perros, pero para mí, los máximos protagonistas han sido Nicolás, Mario, Cross (los mismos que conocimos en "A través de mis pequeños ojos") y Jazz, un nuevo miembro perruno, que será el perro guía de Mario en este libro. También veremos aquí unos cuantos personajes secundarios que son los que intervendrán en la aventura policiaca.
Los protagonistas me han encantado todos, pero he de decir que con Juanma tengo sentimientos encontrados. No me ha convencido que un sordo no tenga absolutamente ningún límite a la hora de leer los labios, que sea capaz de leerlos a través de vídeo, que siga correctamente la conversación en una reunión de 4 personas más... No sé. No me ha convencido, porque conozco la sordera muy de cerca y es muy improbable, a no ser que tenga muchos restos auditivos.
Aparte de lo que os he contado, los he adorado. Nicolás me ha puesto nerviosa con sus ocurrencias, Mario me ha transmitido calma, Maria José ha conseguido que teorizara sobre lo que estaban pensando los personajes, Milagros me ha dado perspectiva y seguridad, y Juanma ha aportado humor y alegría. Cross es la viva imagen de la experiencia y Jazz, de la motivación.
Emilio Ortiz ha seguido en la misma línea de las bromas, el humor, la alegría y ver las cosas por el lado bueno a pesar de que todo esté yendo mal. También ha seguido igual con el tema de las descripciones, ciñéndose al oído en muchas ocasiones. Concretamente, una me dejó con la boca abierta. Nunca había leído una descripción de una comisaría a través de los sonidos que se escuchan, a través de las conversaciones... Me encantó. Igual diréis que estoy flipada, pero quedé asombrada y quería reflejarlo aquí.
También he notado que aquí Emilio ha querido no sólo ceñirse a la vida de un perro guía, sino que además ha puesto interés en lo que le sucede al perro después de haberse jubilado como guía.
Sin embargo, aquí me toca suspirar y deciros que la novela policíaca no me ha terminado de llegar, y por lo tanto, no me ha convencido del todo. Quiero que quede muy claro que este género no es el que suelo leer yo, y que los thrillers me cuestan muchísimo. Espero que lo tengáis presente, porque creo que eso ha hecho que no lo disfrute del todo, y es una mera cuestión personal. La trama de la investigación que se abre por la chica desaparecida y cómo se resuelve todo no me ha convencido en absoluto. Sin embargo, me gustaría hacer hincapié en las cosas que me han gustado.
La crítica social que se hace es espectacular: el hecho de que en los espacios públicos no sean permitidos los perros es duramente criticado por el autor, y de esa prohibición salen situaciones graciosas, el comportamiento de la sociedad frente a las personas con diversidad funcional, y un montón de cosas que me gustaría que descubrierais por vosotros mismos.
Si de este libro tuviera que elegir lo que más me ha gustado, repito, ha sido la descripción de la comisaría utilizando sólo el oído. B R U T A L.
Y bueno, me despido de vosotros hasta el... ¡domingo!
Mo-