Os traigo un libro que compré con muchas ganas porque había visto críticas buenísimas por Instagram y por la blogosfera. Y una vez más que me llevo una sorpresa. Veamos qué ha pasado.
- Sinopsis -
A Stella Grant le gusta tener el control, a pesar de no poder dominar sus propios pulmones, que la han tenido en el hospital la mayor parte de su vida. Por encima de todo, Stella necesita controlar su espacio para mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su trasplante de pulmón. Dos metros de distancia. Sin excepciones.
En cuanto a Will Newman, lo único que quiere controlar es cómo salir de este hospital. No le importan sus tratamientos, o si hay una nueva medicación en ensayo clínico. Pronto cumplirá dieciocho años y podrá desconectar todas estas máquinas. Desea ir a ver el mundo, no solo sus hospitales.
Will y Stella no pueden acercarse. Solo con que respiren cerca, Will podría provocar que Stella perdiera su puesto en la lista de trasplantes. La única forma de mantenerse con vida es mantenerse alejados.
¿Puedes amar a alguien a quien no puedes tocar?
- Reseña -
Empecemos por lo que se ve primero. La portada es una auténtica maravilla. Si algún día hago un top 10 de los libros con las portadas más bonitas, definitivamente este entraría dentro. No sólo me ha encantado el dibujo, sino también lo que significa. Los pulmones son el comienzo de la vida, cuando un bebé nace, lo primero que hace es llenar sus pulmones de aire y gracias a ello, llora. Además, podemos ver cómo brotan unas flores a partir de los bronquiolos ocupando el lugar de los álveolos... Maravilloso. Me encanta. ¿Ha quedado claro? ¿Lo repito una vez más, por si acaso? Me ha en-can-ta-do.
Tras admirar un rato la portada, me aventuro a descubrir la historia que esconde en sus páginas. Me encuentro a enseguida a Stella, y desgraciadamente me cayó mal desde el principio. Y ya sabéis lo que dicen: lo que empieza mal, acaba mal. (Y yo añado: ¡o acaba peor!) Porque madre mía, esta mujer... Bueno, digo yo que habrá algún personaje que me caiga bien, ¿no? pues ahí estaba yo, avanzando en la lectura cuando nos encontramos a Will.
Will, ¿qué decir de mi querido Will? Que es majo. Y ya está. A ver, no voy a ser mala. Es un chico súper tierno y súper cuqui, pero hace cada cosa que me dieron ganas de cogerle del pijama y zarrandearlo un rato. ¡Qué suplicio de personajes! Así que el tema personajes lo dejamos a un lado ya, que si no me caliento y no paro.
Resumiendo: personajes vacíos, planos, incoherentes y que no había por dónde cogerlos.
La pluma de la autora es ágil, la lectura dura un suspiro. El libro, aún no gustándome, me duró dos días. Pero me atrevería a decir que es demasiado ágil. No te da tiempo a digerir una cosa que ha sucedido cuando ya han pasado 10 más, y te quedas en plan: pues vale. Ya nada me sorprende.
La historia en sí me parece muy bonita, la idea que quiere transmitir me parece increíble (aquí una estudiante de medicina que conoce esas enfermedades y se imagina lo difícil que es convivir con algo así) pero creo que la autora la ha chafado un montón metiendo una historia de amor que sucede en prácticamente un par de semanas. Un instalove de la cabeza a los pies, vaya. Creo que si la historia transcurriera con más calma, fuera más desarrollada, con tiempo para que el lector vaya asimilando los acontecimientos... ganaría muchísimo más.
Así que creo que lo voy a dejar aquí. La gente que quiera probar el libro, solamente me queda desearles que les guste más el libro de lo que me gustó a mí (cosa que no creo que sea difícil).
¡Un besito y hasta el próximo domingo!
Mo-