Ese algo para mí son las palabras. Tanto escribirlas, como leerlas, como estudiarlas. Siempre he pensado que cuando mejor estudio es cuando más triste estoy. Es como una vía de escape, las palabras siempre estan ahí para agarrarme cuando estoy al borde del precipio.
Caigo.
Y por eso estoy aquí, estudiando, y escribiendo esta entrada.
Y si tengo tiempo, comenzaré a escribir mi relato para el certamen de Cartas a un maltratador. Tuve una idea hace tiempo, y ahora me queda ver si tengo la inspiración suficiente para dibujarla con palabras.
Otra cosa que me salva es el libro de Luis Piedrahita, es maravilloso. ¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama? Prontísimo, reseña.
Y veamos... Muchísimas gracias por vuestros comentarios, pero por favor, no pongaís el enlace de vuestro blog para que os visite. Yo soy lista, y sé pinchar el enlace de vuestro perfil para acceder a vuestro blog, y así cotillearos un poquito qué habéis escrito.
Quería hablaros de...
*Se cortó la conexión, inténtelo usted de nuevo más tarde.*
Sí, a mi también me pasa lo mismo, desconecto del mundo (o intento hacerlo) por medio de las palabras.
ResponderEliminarEspero leerte pronto :)