Recorridos mañaneros

¡Buenos días por la mañana!

  Recorriendo mi ciudad con mi madre esta mañana, fui a parar en una extrañable librería, preciosa. Contaba con una salita de juegos para niños y con un sitio con un sofá y una maquinita de café (sí, de café) para que la gente pudiera disfrutar de sus lecturas a la luz de la ventana. Y lo mejor de todo, es que esa librería estaba justo al lado de la Plaza Mayor. O sea, un sitio maravilloso, una iluminación increíble y unos libros... ¡Maravilloso!

  La verdad es que yo en las librerías me siento como en casa, rodeada de autores que me han acompañado desde la infancia, de nuevas portadas que me atraen, de nuevos libreros que tienen cara de haberse leído todos y cada uno de esos libros.

'Home is where books are'

  Yo estoy segura de que el trabajo que más me gustaría tener es el de librera, pero no tengo suficiente paciencia para estar horas y horas dentro de un local intentando vender. Curiosamente, sí que tengo suficiente paciencia para estar horas y horas dentro de un local intentando elegir un libro. Y es que es la tarea más ardua y más complicada que me pueden ecomendar: elegir uno solo entre la enormísima variedad.

  Me he propuesto un reto, y éste es comprar un libro al mes, un libro en papel, físico. Con ello no solo pretendo aportar mi granito de arena contra la piratería de los libros, sino también quería aumentar mi librería, que se quedó estancada en la saga de Maggie Siefvater, la autora de Temblor, Rastro y Siempre. 

  Ya me conocéis, y sabéis que realmente sufro en las librerías. con el sentimiento de querer TODOS TODOS TODOS los libros que me encuentro, y no poder comprarlos porque sería la ruina absolutísima.

  Os dejo una fotillo de la librería, y otro día os traeré en otra entrada los libros que me he comprado. Os daré una pista: son dos, uno en español y otro en inglés, y ambos tienen unas pintazas increíbles.