Reseña 147: Como volé sobre el nido del cuco

¡Hola! ¿Cómo habéis acabado esta semana, señores? Espero que os haya cundido y qye hayáis aprovechado esta semana con la que hemos terminado Octubre y empezado Noviembre. ¡Ya queda menos de un mes para la Navidad! Una de las épocas más bonitas (para mí) del año. Y es que suelo disfrutarla un montón, cada diciembre tengo la sensación de volver a mi infancia y rememorar todos esos buenos momentos que pasé junto a mi familia.

Bueno, ¡ya habrá tiempo para hablar de la Navidad! Ahora pasó Halloween, y os tengo que confesar que a mí no me apasiona. No sé, Halloween está bien, pero... sin más.

¡Os traigo una de mis últimas lecturas que saqué de la biblioteca! La otra fue "El circo de la noche", libro que no sé si reseñaré. Si algún día me quedo sin libros por reseñar y que me toque tirar de la "reserva", igual me animo. Pero de momento, a un ladito queda.

Bueno, sin enrollarme mucho más, me meto de lleno en la reseña, ¡que es a lo que he venido! Dejo la sinopsis, para que os hagáis una idea de lo que va:

- Sinopsis - 

Mi verdadero nombre es Ana. Sydney es solo mi seudónimo. Antes de esto lo tenía todo: una familia maravillosa, una prometedora carrera de abogada, un novio perfecto...

Pero todo se truncó. Un día me encontré subida a un puente con la intención de tirarme. No lo pensé. Desde el otro lado de la barandilla le envié un mensaje a mi padre: «Ya he saltado». Y me dejé caer.

Sobreviví al golpe contra el asfalto. Me ingresaron 37 días en psiquiatría. Pensaréis que viví los peores días de mi vida, pero no fue así. Hubo risas, amistad, enfados, locuras (literalmente), ternura e incluso amor.

Durante esos 37 días escribí un diario, que ahora es este libro.

- Reseña - 

"Como volé sobre el nido del cuco" es un libro que vi un montón por instagram cuando salió y leía un montón de opiniones positivas sobre él, pero nunca me llamó la atención. Cuando vi que la biblioteca lo tenía, decidí echarle un vistazo y me llevé una sorpresa. ¡No sabía que iba sobre psiquiatría, ni sobre pacientes que ingresaban allí... nada!

Así que decidí llevármelo prestado, recordando lo muchísimo que me gustó "Los renglones torcidos de Dios" que iba más o menos de la misma temática.

Narrado en primera persona, nos cuenta la experiencia de una mujer que es ingresada en Psiquiatría. La mujer no considera que tenga ninguna enfermedad mental, pero a medida que vamos avanzando en la lectura, vamos descubriendo cosas que nos dan pistas de que sí, quizás necesitara un tiempo ingresada.

La narración es sencilla, igual que un diario. Nos cuenta su día a día, cómo hace sus primeros amigos, cómo sobrevive a las actividades que tiene que hacer en la planta, cómo se portan los enfermeros con los pacientes y sobretodo (para mí fue importante), la relación que tiene ella con su doctora.

No os voy a contar nada de la trama porque pienso que lo mejor es que vayáis a ciegas. ¡Es una auténtica gozada ir descubriendo los matices de la protagonista! Una cosa muy positiva del libro es que vamos conociendo a Ana, la mujer que nos cuenta su historia, poco a poco. Y eso me ha hecho sentir como si día tras día quedara con ella para tomarme un café, y ella me contara poco a poco su vida. Yo creo que es así como conocemos a las personas en la vida real, cada vez que la vemos, vamos conociendo detalles de su vida, y poco a poco vamos juntando diferentes pedacitos hasta hacernos una idea de esa persona que estamos conociendo.

Pues así sucede con Ana, hasta el final no entendemos qué es lo que le pasa por la cabeza (y creo que sigo sin entenderlo), pero creo que esa es una de las delicias de la psiquiatría, esa incertidumbre que rodea siempre a los pacientes que ingresan en esa planta.

Y bueno, contaros que tiene un fuerte componente emocional. Es de estos libros que lees sin que te supongan subidones de adrenalina ni te ponen la piel de gallina, pero cuando los acabas y cierras, no puedes evitar pensar en cuánto has aprendido con ellos.

Definitivamente va a ser una de mis mejores lecturas del año, por lo que os lo recomiendo al 100%.

¡Un besito y hasta el próximo domingo!

Mo-